El último informe trimestral que la Municipalidad de San Miguel de Tucumán remitió al Concejo Deliberante indica que hay 442 basurales a cielo abierto en toda la ciudad y que el 60% de ellos persiste, pese a las limpiezas recurrentes del equipo ambiental.
Esto supone un incremento de un 14%, respecto del trimestre pasado (387 volcaderos) y de un 29% en relación con los datos de hace seis meses, cuando se habían detectado 341 sitios con basura.
Se trata de una realidad inquietante, porque a un año y medio de vigencia de la emergencia ambiental se han usado distintos instrumentos para tratar de combatir la problemática. Programas como Separá, Educá y Transformá, más cámaras con Inteligencia Artificial (IA) para supervisar y prevenir conductas indebidas relacionadas con los Residuos Sólidos Urbanos (RSU); recorridos a través de la Brigada Ambiental Municipal (BAM) donde se incorporaron balizas con sirena, luces y megáfono; y también recuperación de espacios públicos que solían ser foco de basurales, unido a campañas de concientización ambiental. “En muchos casos, (los basurales) vuelven a formarse pocas horas después de haber sido limpiados, lo que evidencia la estrecha relación entre la generación de estos focos y las conductas humanas”, dice el documento.
La cuestión ha sido motivo de análisis en el Concejo Deliberante, donde ha habido este año debates con la misma secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Julieta Migliavacca, en busca de salidas. Ella dice que a los ciudadanos les cuesta respetar las normas. Algunos concejales opinan que es necesario insistir con un sistema de sanciones para los transgresores, además de políticas públicas precisas, datos y participación vecinal, así como políticas diferenciadas para cada lugar. También han propuesto elaborar un código de faltas actualizado.
Cabe recordar que hace un año, en el primer Foro “Tucumán Responsable”, se analizó en profundidad el tema, con varias propuestas que abarcaban desde la profundización de la política de multas hasta una mayor participación vecinal, inclusive fomentando la tarea de “guardianes de la cuadra”. Nuevas propuestas surgieron este año en un gran encuentro en el que se propuso ampliar la política de economía circular y reciclado y coordinar con otros municipios esta tarea, así como la idea de avanzar hacia el origen de la contaminación con basura, reduciendo la producción de residuos. También se reflexionó al respecto en emisiones de “Panorama Tucumano”, en las que se señaló la necesidad de romper la desconexión entre los funcionarios y la gente, todo lo cual quedó demostrado en esa suerte de prueba piloto que fue el cuidado del parque 9 de Julio el Día del Niño, donde quedó claro que el cambio es posible.
El problema está en la mesa. Corresponde profundizar el estudio de las soluciones y aprovechar lo que se hizo bien, ver qué estrategias están fallando -y por qué- y ver la forma de incorporar las ideas positivas que ayuden a modificar las cosas.